EL TIEMPO




Anoche nos pusimos a embromar con el tema del tiempo y la vejez... Me desvelé (entre el resfrío y la beba que está lejos) y empecé a escribir cositas, que comparto con ustedes. Sean piadosos....
Existen diferentes maneras de acercarnos al tiempo que ya pasó. Una de ellas es a través de los recuerdos y otra es a partir de los vestigios de la actividad humana, es decir, las fuentes históricas.
Todos nosotros guardamos en nuestros recuerdos y en las cosas que producimos o acumulamos la memoria del tiempo. Los álbumes de fotos, las cartas, los "recuerdos" de momentos especiales, las grabaciones y todo lo que preservamos de la destrucción nos ayuda a recuperar el tiempo pasado. Sin embargo, nunca recuperaremos una imagen estática del pasado porque nuestro presente siempre determinará la forma que damos a los sucesos del tiempo que ya pasó
Para hablar del TIEMPO, considero oportuno remitirme a la Biblia, cuya temática la constituye el hombre, sencillamente como tal, sin recurrir a adjetivos de ninguna naturaleza. "El Libro de los Libros", dice David Ben Gurión, “comienza con la historia del primer hombre, que no era más que eso: sencillamente hombre”. De esa manera, la Biblia puede considerarse como la tradición y la historia del planeta Tierra y de la humanidad que lo habita.
Eclesiastés 2.3, nos relata de que en este mundo todo tiene su tiempo y todo lo que hay debajo del cielo pasa en el término que se ha prescrito. Y la belleza de las palabras que emplea obliga a pensar ya que hay....
Un tiempo para nacer
y un tiempo para morir,
Un tiempo para plantar
y un tiempo para arrancar lo plantado.
Un tiempo para destruir,
y un tiempo para construir.